Tiempo de preparación: 40 minutos
Chocoholics, atentos que os traigo una receta que os va a encantar. Sí, ya sé que estaréis pensando que hay diez mil millones de recetas de brownies en San google. A decir verdad, puede que haya exagerado poco; concretamente la palabra brownie devuelve 50.600.000 millones de resultados. Desde luego son muchos para que yo os diga que este es el mejor brownie del mundo, sería bastante petulante por mi parte. Sin embargo, sí que os puedo asegurar que es la receta que más me ha gustado de todas las que he probado a lo largo de mis 19 primaveras.
Aquí os la dejo
Ingredientes:
– 275 de chocolate negro valor
– 180 g de mantequilla
– 5 huevos medianos
– 350 g de azúcar
– 250 g de harina
– Nueces o si preferís innovar un poco probad con almendras, sale buenísimo también (Cantidad variable según el gusto de cada uno, yo le eché 100 g)
– 2 cucharaditas de esencia de vainilla (A mí personalmente me encanta la de la marca Vahiné)
– 3 cucharaditas de sal
-Azúcar glass para decorar
Comenzamos fundiendo al baño maría el chocolate junto con la mantequilla.
En un bol mezclamos los huevos con la esencia de vainilla, la sal y el azúcar hasta que blanqueen (Hasta que obtengamos una masa clara y esponjosa).
Una vez se haya fundido el chocolate, retiramos del fuego y dejamos que temple. Cuando esté tibio, lo añadimos a la mezcla de huevos y azúcar. Si añadimos el chocolate caliente, los huevos pueden cuajar y nos quedaremos sin brownie 😦
A continuación, tamizamos la harina y la añadimos. Pelamos y picamos las nueces / almendras. Las añadimos y removemos. Precalentamos el horno.
Vertemos en un molde forrado con papel vegetal y horneamos durante 20 minutos en modo pastel y a 180º. El tiempo de cocción variará ligeramente según el horno y las dimensiones del molde empleado (Cuánto más grueso queramos nuestro brownie, más tiempo tardará estar listo).
Ahora que se acerca San Valentín, es el momento perfecto para preparar un rico, esponjoso y jugoso brownie, sobretodo si tiene forma de corazón. El regalo perfecto con el que conquistar a cualquier adicto al chocolate.