Tiempo de preparación: 25 minutos
El sabor del salmón junto con el del atún rojo son dos de mis sabores favoritos en cuanto a pescado se refiere. Este glaseado consigue realzar su sabor natural sin enmascararlo.
Además os traigo buenas noticias, no solamente está más que rico si no que el salmón, que pertenece a la familia de los pescados azules, es muy beneficioso para la salud cuando se consume con moderación. Según la web de Eroski Consumer, 100 gramos de carne aportan unos 11 gramos de grasa rica en omega-3. Esto significa que nos ayuda a mantener unos niveles saludables de colesterol y a aumentar la fluidez de la sangre, reduciendo la formación de coágulos y la posibilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, en el caso de padecer hiperuricemia o gota su consumo está desaconsejado, por contener una sustancia denominada purina que favorece la producción de ácido úrico.
Así que ahora que conocéis todos sus beneficios, os animo a preparar esta receta que además de ser facilísima, está de rechupete.
Ingredientes: (Para 4 personas)
-4 lomos de salmón
-300ml de vinagre balsámico
-120 ml de vino blanco
–3 cucharadas de miel
-2 cuchradas de mostaza
-2 dientes de ajo
-pimienta negra
-2 cucharadas de aove
-sal
En una sartén ponemos a dorar los dientes de ajo con un poco de aceite de oliva. Una vez estén listos añadimos el vinagre, el vino blanco, la miel y la mostaza. Salpimentamos y dejamos reducir hasta que adquiera una consistencia espesa.
Precalentamos el horno a 180 ºC.
A continuación, preparamos una bandeja de horno pintándola con aceite de oliva. Disponemos los lomos de salmón con la piel hacia abajo. Salpimentamos y los pintamos con el glaseado previamente preparado.
Horneamos durante unos 15 minutos a 180ºC en modo pescado. Como ya sabéis cada horno es un mundo, así que ajustad el tiempo en función del vuestro.
Consejo: Si queréis que el sabor del glaseado sea más intenso, tras 5 o 6 minutos de horneado volvemos a pintar con el resto de la salsa.
Et voilà! A disfrutar.